NOSTALGIA

3 febrero, 2021 by Lina Gonzalez

 

“No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió” Joaquín Sabina

 

 Tantos aromas, imágenes o palabras que quedaron en el recuerdo pero que inducen al regreso, para darnos cuenta de que no fue solo flor de un día y que aún el fuego eterno de la nostalgia rememora vínculos ineludibles entre lo pasado y lo presente. Historias y más historias cargadas de expresiones sin fin. Arrepentimientos, culpas o simplemente añoranzas por aquellos momentos que pudieron haber tenido a la alegría y el gozo, como los mejores ingredientes y que por eso, en definitiva, se niegan a retirarse.

En ocasiones instantes enmarcados por el sufrimiento o en otros por las notas de un violín que imprimía juramentos en la partitura de la vida y que pudieron haber viajado en alguna de esas singulares naves del olvido. Tal vez, otros momentos evocando la noche callada que tan solo sellaba otro final. O a lo mejor la memoria de una respiración afanosa buscando refugio o seguridad. O quizás la muerte lenta de lo más íntimo que, inevitablemente, era conjugado con lágrimas para refrescar el alma.

Sentimientos de abandono y soledad haciendo parte del equipaje más próximo a una ausencia, combinada con melancolía o con una profunda sensación de la cercanía al abismo. Dulzura convertida en penas. Anhelos que reclamaban el retorno, ilusiones extintas por realidades insuperables, lazos rotos por el implacable paso del tiempo y, seguramente, huellas que quedaron registradas como fósiles de más vivencias.

Pero también fantasías y sueños que ahora, al regresar invocados por la nostalgia, intentan ocupar un lugar de privilegio para refrendar lo esencial. Destellos de luz que quieren vestirse de colores, de magia y de pasión. Acordes que dialogan para vibrar en las más bellas frecuencias que superen y trasciendan las murallas de la soberbia y la altivez.  Pensamientos que ahora se deleitan porque se conjugan de manera caprichosa para enaltecer la inteligencia y desafiar las fronteras de lo irracional.

Por ello la nostalgia ahora reclama ser mirada con los ojos de la aceptación. En ella se incuban sentimientos renovados que han de permitir que lo que antes no pudo ser, ahora se armonice y disponga de licencia para continuar en el sendero de retorno, con la certeza de que la hora de plasmarse ha llegado.

Que la nostalgia solo catapulte aquello que estaba en potencia para que finalmente se encuentre con la historia sin tiempo que espera leerse desde un corazón presente en lo inmortal del instante…

Alejandro Posada Beuth

VIAVIDA

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