LA “CREATIVA-MENTE”
“La creatividad es la inteligencia divirtiéndose” A. Einstein
La capacidad adaptativa del cerebro humano nunca deja de sorprender: según los datos que nos aportan los conocedores del tema, apenas un 2% de la población nace creativa, pero el resto de la humanidad puede aprender a desarrollarla. Esto significa, ni más ni menos, que somos seres en continuo aprendizaje y, más importante aún, hasta el último día de nuestra existencia, no dejamos de serlo.
Para ello, es necesario que se complementen autoconfianza, valor y capacidad de asociación que desafíen las aparentes limitaciones. Estos factores, sumados a la percepción, la intuición y la imaginación pueden ser la combinación adecuada para que la creativa-mente encuentre el terreno propicio que le permita incubar, con los tiempos de latencia adecuados, las más claras e innovadoras ideas.
Pero, una vez más, se requiere también de algo muy sencillo y de lo cual los niños hacen alarde: ¡la curiosidad! La misma que les es permitida por su libertad dado que no saben de paradigmas ni de cárceles para su capacidad de visualizar y generar “imposibles”. Cuando nos atrevemos a extender las alas y a emprender el vuelo con la inocencia a bordo, entre otras cosas motivados frecuentemente por las necesidades, pasamos de la ensoñación a la inspiración y a los logros. Si, además, esto se acompaña de un móvil filantrópico y generoso, repleto de abnegación y desprendimiento, el resultado será el de la continuidad de la creación Superior.
Cuando pensamos en positivo y afirmativo, logramos camuflarnos y ser compinches de algo de “locura” y es cuando hacen aparición las ideas flash que premian la persistencia y la disciplina. El resultado de ello no puede ser otro que salir de la anquilosis, lo cual nos incita a aunar esfuerzos para encontrar la magia de los conceptos con brillo propio, que no saben de obstáculos.
Que bonito resulta sustituir viejos patrones y combinar la más diversa gama de provocaciones del intelecto para que, de ello, emane todo lo que vaya en dirección del reordenamiento de los componentes en ese interminable juego de posibilidades que nos recuerdan la novedad inherente a cada momento, vivido desde la más profunda intensidad, para complacernos en la diversión sin fronteras.
Que, pese a cualquier circunstancia, la creativa-mente no se detenga y que nos acompañen siempre la capacidad de sorprendernos y el reconocimiento a la perfección…
Alejandro Posada Beuth