DALE COLOR A TU VIDA
“El color es la lengua materna del subconsciente” Carl Gustav Jung
Más allá de longitudes de onda traducidas por nuestros sistemas de percepción a través de fotorreceptores en la retina, los colores son la manera en que la creación esboza su sonrisa y nos recuerda que la vida es amable y que está repleta de alegría que quiere desbordarse y contagiar goce y plenitud.
Cada sensación no es otra cosa que la interpretación de las señales de la existencia. Nuestra actitud es el verdadero pincel que toma de la paleta de colores las mejores combinaciones para darle intensidad, brillo y tonalidades fantásticas a lo vivido para crear así la obra perfecta.
En ocasiones los claroscuros, las luces y las sombras se mezclan de tal forma que confunden el panorama y nublan la visión. Hay pinceladas grises en momentos de debilidad y frustración que parecieran opacar lo que está en frente. Pero, en contraste, surgen las emociones fuertes que llenan de nuevos matices los múltiples instantes, como recordando que el bufón está siempre presente en nosotros para encontrar la gracia y superar cualquier adversidad.
El color rompe la rutina, para que la costumbre no diluya la sorpresa. De esta manera lo que parece imperceptible se empieza a apreciar desde el corazón, que se viste de blanco para expandir todas sus expresiones a través del prisma que deja ver el arco iris del entusiasmo y la pasión que iluminan la experiencia.
Pintar nuestra vida de colores es hablar todos los idiomas. Es derrumbar las barreras. Rescatar la musicalidad natural de la vida misma. Reconciliarnos con la gratitud y darle paso al poema que, con cada verso, hace apología a la dicha profunda. Es maravillarnos con el tiempo infinito para que el alma se impregne de luces y tintes en el éxtasis mayor.
Que cada día se llene de gamas sutiles que nos devuelvan la ilusión para llenarnos de motivos que expresen a todos los vientos el sentimiento más genuino de felicidad, para que se despejen la perplejidad y la duda y puedan retornar la seguridad y la confianza. Que por fin comprendamos que cada uno pinta su pasado, presente y futuro con el color de sus emociones. Que seamos conscientes de que una caricia puede permitir que el sol salga para todos y que brille de nuevo la esperanza. Que la armonía se camufle para amalgamarse en complicidad con lo bello y lo verdadero para que reluzcan las mejores virtudes del ser único que habita en nosotros…
Alejandro Posada Beuth