MÁS ALLÁ DEL TIEMPO…
“Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo”
Mario Benedetti
El registro de los días seguramente va ligado al inventario de las cosas idas, pero también a los caminos y posibilidades de muchos escenarios construidos. El abanico de las potencialidades, las expectativas y los anhelos sin duda habrá trascendido lo que en un principio eran solo ilusiones. La recompensa con frecuencia se ubica en aquello que siempre permanece más allá del tiempo, en lo que de verdad ha ocupado un rincón de privilegio en nuestro corazón y que difícilmente ha de quedar en el olvido.
Promesas dibujadas, momentos de magia y entusiasmo, misterios que aún dejan huella, sentimientos recogidos, agonías de sufrimientos ya vencidos, fronteras diluidas, escalones de fantasías y utopías ya recorridos, faros encendidos, lienzos coloreados de experiencias convertidas en maestrías, esquemas reemplazados por metáforas y ocurrencias desbordando la cordura, cantos convocados en soledad, manos extendidas al vacío, prisas convertidas en amor por el silencio y la pausa, ambiciones y codicias del ego derrotadas por el asomo del alma. Esto es lo que se vislumbra más allá del tiempo.
Y con el trasegar de los calendarios nos damos cuenta de que las diferencias van quedando en lo no relevante, el desapego nos invita a tomar distancia de lo innecesario, se encienden las relaciones con lo esencial y se cambian las tensiones por atenciones porque la cuerda de la vida va ajustando su verdadero tono. Las añoranzas se transmutan en presencia desde la cercanía y la confianza. Se reivindica al ser sin ataduras y en comunión con el reducto inviolable del honor y la estimación. Surgen nuevas elecciones, pero desde el criterio y la sensatez. Se da paso a la intuición como consejera de la razón y se abren las puertas hacia el avance y la realización.
Ir más allá del tiempo es disfrutar a plenitud reconociendo con ojos nuevos lo inmensurable y vibrando en las mejores frecuencias para contagiar sonrisas y celebrar la existencia. Es jerarquizar para eliminar distracciones y preservar las fortalezas con valor y determinación. Es perseverar con gratitud, paciencia y curiosidad, liberando pensamientos preconcebidos y sin claudicar ante las piedras del sendero. Es fluir sin divagar, desenmascarar al crítico que llevamos dentro y tener el privilegio de mirar en las profundidades.
Más allá del tiempo, habremos de encontrarnos con la fe y la certeza de los buenos vientos para volar en dirección de nuestros sueños, en sintonía con ese mundo mejor…
Alejandro Posada Beuth