El OLEAJE
“Nunca sabes qué puede traerte la marea” Tom Hanks
Va y viene caprichosamente. Se alía con el viento y decide qué tan grande y vigorosa quiere proyectarse. Se expande y se contrae mostrando que está tan viva como siempre. Jamás se detiene. Juega entre el pasado y el futuro a su antojo y arrastra cuánto quiere sin mucho esfuerzo. Esta es la marea, la misma que hace eco en nosotros y que nos enseña de altibajos pero también de fluir y comprender que la vida es siempre dinámica.
Lo que ayer fue único y completo puede ser hoy un simple registro en la dinámica de la conciencia y por ello la marea es evolución, cambio, movimiento. Da y quita, se muda y regresa, asciende y desciende, refugiándose luego en lo imperturbable para inscribir la serenidad y la calma después del oleaje y hacernos comprender que permanecemos aunque las cosas pasen. De sueños y pesadillas, de euforia y sufrimiento, queda finalmente quien observa para generar nuevas perspectivas y crear la chispa capaz de encender muchos fuegos sin perder su luz.
La marea explora sin inhibiciones, nace y muere a cada instante para potenciar lo posible y expresarse en el momento preciso rescatando así la plenitud de la vida para asilarse en lo seguro y comprender que, en el ciclón de los cambios, se puede permanecer justo en el centro donde habita el silencio, del que se nutre el corazón que filtra y limpia, porque sabe que en él reside la fuerza de esas olas que se experimentan en presente y que se celebran en la danza misteriosa de la existencia. Se pasa de la posesión a la confianza para fundirse sin amarras desde la profunda rendición y apertura, como declaración de quien recibe y se entrega sin límites o condicionamientos.
No importa si es día o noche porque la marea va más allá de la luz y la oscuridad, de la gloria o del fracaso. Simplemente disfruta de lo que ocurre a cada instante sin aferrarse a resultados. Intuye lo que viene y elige el gozo como su forma permanente. Sabe de privilegios y por eso no se esclaviza en el exceso de análisis sino que fluye sin cesar y contempla sin juicios, sin distraerse en lo no esencial, para no dejarse atrapar por lo superfluo.
Que en adelante podamos navegar con la marea para que la verdad y la libertad se camuflen en la alegría y que el Espíritu disuelva las armaduras hasta comprender que lo seguro habita en lo esencial y que la conciencia de Unidad es cualidad de la Inteligencia Mayor. Que la armonía regrese con la ola de sonrisa de la humanidad en señal de que, por fin, nos hemos re-conocido…
Alejandro Posada Beuth