EN COMPAÑÍA
“De las miserias suele ser alivio una compañía” Miguel de Cervantes
¡Cuán valiosa resulta la sensación de estar acompañado cuando todo parece oscurecer! Es paradójico que la ausencia nos lleve a apreciar la presencia y que tengamos que descubrir la existencia del otro cuando nos sentimos solos.
Es claro que la soledad puede ser una excelente compañía, pero también lo es que una cercanía facilita el camino y que un hombro, en el momento indicado, puede convertirse en el mayor descanso o apoyo. En ocasiones una mirada que ampara puede llegar a ser el mejor refugio y un gesto se puede convertir en el más cálido asilo. Asimismo, el privilegio de sonreír en sintonía puede ser el mejor síntoma de complicidad y, seguramente, la mejor excusa para comprender que la vida en compañía es, cuando menos, excitante.
Que importante poder contar con la atención de alguien que, de manera desinteresada, resuena con nuestras emociones y le da dimensión a nuestra existencia devolviéndonos así la esperanza porque reconocemos la confianza y la seguridad cuando estamos al borde del abismo. Es cuando la Divinidad nos mira con compasión para darle alas al amor y nos permite, una vez más, sentir que en cada segundo se hospeda un rayo de luz que nos recuerda que, en compañía, todo puede ser un milagro.
Escuchar sin juicios, observar desde todas las posibilidades, descubrir y deleitarnos con el arte de elegir, comprender la inclusividad y cultivar la convicción más allá de los impulsos, nos recuerda que es factible vivir sin pretextos, valorando las conversaciones profundas que surgen del encuentro de los corazones que se acompañan para ser testigos de las nuevas verdades repletas de fe, en reemplazo de las creencias limitantes. De esta manera, cada paso se convierte en un aliado irreemplazable para vencer resistencias sin claudicar y poder abrir las puertas que conducen a la inspiración y al gozo.
Estar en compañía es, ciertamente, la mejor manera de fluir sin divagar, porque siempre hay alguien dispuesto a rescatarnos de la fantasía ilusoria, recordándonos que en la maestría de la vida se adquiere libertad de pensamiento para permanecer serenos e impasibles, pero dinámicos y cambiantes. Así, las acciones virtuosas generan belleza y bondad en señal de aprobación y superación para fomentar la empatía.
Que volvamos a levantarnos con una sonrisa por el simple hecho de contar con una compañía para eliminar las distancias emocionales, gestionar los deseos y escuchar las soluciones desde el sigilo y la ausencia de ruido…
Alejandro Posada Beuth